1 de mayo de 2011

Dormir?…estudiando Medicina?

Eres estudiante de Medicina?…Duermes bien?

Cuando no dormimos lo suficiente, parte de las neuronas de nuestra corteza cerebral se toman un descanso en forma de una breve "siesta" mientras permanecemos despiertos. Estos "apagones" neuronales pueden ser responsables "de los lapsus de atención, el bajo rendimiento cognitivo, los despistes, el deterioro de la capacidad de juicio o la irritabilidad que aparecen tras de permanecer muchas horas bebe-durmiendodespiertos, incluso si no sentimos sueño", aclara Giulio Tononi, investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU) y coautor del estudio. Lo más curioso, según Tononi, es que en el cerebro privado de sueño grupos de neuronas se desconectan en zonas de la corteza cerebral mientras el resto permanecen despiertas.
Para llegar a esta conclusión, Tononi y sus colegas obligaron a un grupo de ratas a permanecer despiertas durante varias horas. A continuación, registrando la actividad eléctrica de su corteza cerebral, observaron que, aunque los electroencefalogramas indicaban que estaban despiertas, había intervalos en los que algunas partes del cerebro se desconectaban. Y esto afectaba al rendimiento cognitivo de los animales. Los periodos en los que las neuronas se desactivan aumentaron a medida que se alargaba el tiempo de vigilia forzada.
Es más, según Thomas R. Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, que ha cofinanciado el estudio, la investigación
"sugiere que la privación de horas de sueño en la adolescencia podría tener consecuencias emocionales y cognitivas adversas que podrían afectar al desarrollo cerebral".

 

7 de febrero de 2011

Heart!

 

Selección de “Videos Cardiacos” :D

 

Patología

Medicina en Japonés!

 

Sin duda un gran avance, que modificará todo en ámbito médico.

 

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina ha sido concedido en su tercera edición a Shinya Yamanaka, director del Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS (CiRa) de la Universidad de Kioto (Japón), por "demostrar que es posible reprogramar células ya diferenciadas y devolverlas así a un estado propio de las células pluripotentes".
En 2006, Shinya Yamanaka logró generar las llamadas "‘células madre pluripotentes inducidas" (o "células IPS" por sus siglas en inglés), que poseen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular especializado. Hasta el trabajo de Yamanaka los investigadores creían que esta habilidad era exclusiva de las células madre embrionarias. Las células IPS, sin embargo, se obtienen a partir de células adultas, ya especializadas, que han sido reprogramadas y han recuperado así la capacidad de diferenciarse en cualquier otra célula. Se trata por tanto de un auténtico cambio de paradigma en la biología.
El jurado internacional de los Premios Fundación BBVA, presidido por el Premio Nobel Werner Arber, ha destacado las nuevas perspectivas derivadas de las células IPS, tanto para la investigación básica como para la clínica, con tratamientos personalizados y fármacos mucho más precisos. "La posibilidad de trabajar con células IPS derivadas de los propios pacientes evitaría usar a los pacientes como conejillos de indias", señala el jurado en el acta. "Hará posible la búsqueda de moléculas de interés farmacológico mediante nuevos métodos de cribaje; y, en última instancia, abrirá la puerta también a nuevas terapias celulares específicas para cada paciente, en particular para enfermedades neurodegenerativas"

Inspirado en Dolly


Yamanaka , que se ha mostrado muy satisfecho al conocer la decisión del jurado de concederle el galardón, explicó que la idea de revertir el destino de las células ya especializadas, algo considerado imposible en biología, se le ocurrió al estudiar los experimentos que dieron lugar a las primeras ranas clónicas, en los años setenta, y a la oveja Dolly en 1996. “Su trabajo me hizo ver que debería ser posible reprogramar células somáticas y devolverlas al estado embrionario. Por eso empecé mi proyecto”.
La rapidez con que obtuvo sus resultados le sorprendió mucho. "Al principio creí que sería muy difícil, que nos llevaría 20 o 30 años, pero tardamos menos de una década", explica. "Cuando obtuvimos los primeros resultados me sentí muy contento y al mismo tiempo sorprendido”, añade el investigador, que también se confiesa “impresionado por los grandes avances que ha habido en el área en los últimos años”.